IRSE.
Llegar a otro lado y esperar a que el alma alcance al cuerpo. Irse. Buscar caminos de ida y dejar miguitas de pan para saber cómo regresar. Irse. Aprender a dar vueltas, habitar el mareo y esa sensación en la panza. Será un círculo, acaso. El final de una línea que de pronto encontró a otra. Un círculo este camino. Y ahora desde este cuerpo, desde este presente perpetuo, me muevo hacia ese lugar mío, que me pertenece y desde el cual sonrío, nos miro y nos encuentro.