Al sonido del televisor o al que emite la radio sin sintonizar un canal determinado se conoce como ruido blanco. En realidad se trata una señal que contiene todas las frecuencias, todas con la misma potencia. Podríamos decir que el ruido blanco es el sonido del fondo del universo captado por nuestros receptores de ondas.
“El ruido blanco es literalmente una pared de energía sónica, sin patrones”, como expresa Seth Horowitz, neurocientífico especializado en audición. Martín Bakero, en esta instalación transitable, nos sitúa frente a esa energía sónica y sin patrones para provocar en nosotros una experiencia a través de la Máquina: dispositivo capaz de poner al visitante en contacto con el origen del cosmos. Lo pneumático, explica, tiene que ver con el aliento vital: el hálito que transmite vida a los objetos.
La Máquina Pneumática, en última instancia, es una invitación a vivir una experiencia contemplativa que religue al visitante con su origen. Punto de partida y punto de llegada. Inquietante al tiempo que misterioso.